miércoles, 16 de enero de 2013

Trosky (Capítulo II)


Tras un par de semanas, Trosky ladró y ya supimos que era un perro normal, un poco feíto, pero para nosotros nuestro mejor primer perro!.
Pasado el verano, volvimos al piso de Coruña, y Trosky enseguida se adaptó. Sus cuatro paseos diarios por el parque le permitían seguir con su agenda habitual y conocer a otros perritos del barrio. También nos permitieron conocer a otra gente que paseaba a sus animales por el mismo sitio, y ver lo especial que resulta que cuando llegas a un grupo de dueños de perros, ¡el saludado sea el perro y no tú! 
En fin, que Trosky nunca hizo muy buenas migas con ninguno de ellos, suponemos que por su edad ya no era juguetón, y si se le acercaba alguno con ganas de fiesta, lo único que hacía era gruñirles. En cuanto ya consideraba que el paseo era suficiente, daba unos ladridos como diciendo: Venga, vámonos para casa, y allá que nos íbamos, con sus orejas bien tiesas y esos andares de chulito.
Lo que más le gustaba era echarse a dormir en la alfombra del salón, en un ángulo del sofá, así que le pusimos una pequeña alfombrita encima... Pero en cuanto cogió confianza, dio "el salto" y se acomodó directamente en el sofá. 
Continuará...

3 de abril de 2005 ¡Siesta!

11 de diciembre de 2005 ¡Más siesta! con Irea y Mingo

No hay comentarios: