Las ninfas, Tabatha y Samantha llevan 3 semanas en casa, cuando llegaron eran así:
Como tienen cara de brujitas, les puse el nombre de las protagonistas de "Embrujada". Parece increíble el cambio que pueden dar en sólo 20 días, han pasado de esta apariencia un poco extraña a tener un cuerpo estilizado y un precioso plumaje. Además, ya empiezan a dar unas pequeñas voladitas.
Las ninfas proceden del aviario de mi amigo Antonio, al que le he comprado la mayoría de mis agapornis, y decidí tener unas ninfas porque son una delicia. Más mansas que los agapornis, adoran estar con la gente, y por lo que he visto por Internet, con un poco de paciencia, se puede conseguir que hagan cosas fantásticas.
De momento las estoy entrenando para que aprendan a cantar "Soy minero", pero por ahora, sólo he conseguido que Samantha baile...
En cuanto a Luti, este precioso agapornis lutino, tiene una historia bastante compleja. En una anterior visita a Antonio, le comenté que una de mis parejas lleva un montón de tiempo poniendo huevos y anidando, pero nunca consiguen tener pajarillos. Antonio tenía un huevo que había encontrado en el suelo del aviario y que había metido en la incubadora, por si acaso. Comprobó que había embrión y me lo regaló para que se lo pusiera en el nido. En cuanto llegué a casa, lo puse en el nido, y cuando fui a ver al día siguiente, vi que el huevo estaba frío, así que lo cambié de caja y se lo puse a Eleven, que según habéis visto en los otros posts, consiguió sacar adelante a sus tres hijitos biológicos más este hijito adoptado.
Intenté una tablilla con una pajita, pero se le hinchó, por lo que tuve que sacársela y finalmente decidí no ponerle nada, porque era prácticamente inmanejable, tan pequeñito, y con la fractura bastante alta.
Por eso, tuve que sacarlo del nido, para vigilarlo y evitar que en una mala postura la fractura no soldase bien. Y de ahí, que Luti sea papillero por accidente, y que tenga dos hermanas ninfas.
Por fortuna, la patita ha soldado perfectamente y camina sin problema. Pronto empezará a darle a las alitas, que ya están bastante emplumadas.
Sólo una apreciación más: los ojos rojos de Luti son rojos y no un fallo de la foto.
Por cierto, el hermano mayor de los agapornis ya tiene nombre: Kiel.